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De la bitácora de Vuelo - Festival aéreo de San Jerónimo, Algarrobo. Septiembre 2006.

Mi Alumno, José Luis, empuja el acelerador con fuerza y el noble KEA se lanza en loca carrera como hubiese sido un animal enjaulado que de improviso recupera su libertad. La aguja del velocímetro pronto indica 60 millas, caña atrás suavemente e irrumpimos en el medio físico más ajeno a nuestra pobre naturaleza de animal terrestre. Algunas gaviotas y volantines pasan raudos a nuestro lado. Un poco más arriba las primeras nubes de la vaguada costera se acercan rápidamente a nuestra cabina. Alerto a José Luis del peligro que significa para un piloto visual ingresar inadvertidamente a una nube. No termino de explicarle esto, cuando de improviso nos encontramos volando totalmente a ciegas. Aquella temible ceguera blanca que es capaz de desorientar al piloto no entrenado. Más grave aún si la aeronave como la nuestra no cuenta con la aviónica requerida para el vuelo instrumental.


¡Déjamelo!. Le digo a José Luis y procurando conservar la razón de ascenso y haciendo pequeños cambios de rumbos vuelo en busca de la claridad. Pocos segundos después rompemos la capa, el cielo es ahora intensamente azul, abajo un colchón de blancos algodones oculta parcialmente el mar. José Luis recupera los controles e indicándole la pantalla del GPS Garmin Pilot III le sugiero vire rumbo a San Fernando. Seguimos atentamente las comunicaciones radiales entre la improvisada torre de control de San Gerónimo y los pilotos que inician presurosos sus carreras de despegue de vuelta a sus bases por la proximidad del mal tiempo. A la cola nuestra viajan el KEF y el KEB con nuestros camaradas del aire que nos acompañan en este vuelo. El altímetro sube lentamente, los estratos costeros se han ido transformando en cúmulos a medida que volamos hacia el interior. A la cola nuestra vemos el KEF con su silueta de insecto recortada sobre las enorme nubes. Santiago Radio – KEF, escuchamos la voz de Pato solicitando el informe meteorológico de Curicó y Rancagua. Así nos enteramos que en Curicó llueve y que en Rancagua las nubes no cubren totalmente el valle.


KEA – KEB, escuchamos la voz de Oscar, quién optó por seguir una ruta diferente volando bajo la capa de nubes, hacia Rapel y luego por el valle de San Vicente, hacia El Tambo y San Fernando. Que lindo debe estar allá arriba muchachos, nos dice Oscar, yo estoy un poco arrepentido de haberme venido por debajo porque aquí está empezando a llover... Me imagino a mis amigos volando en malas condicionares y me asalta el recuerdo de una tarde de octubre en que mi aeronave terminó destrozada contra una casa y murió protegiendo mi integridad física como un perro fiel. Nivelamos a 7000 pies, viajamos a 110 nudos por hora, con viento de cola, tenemos a San Fernando a 30 minutos. Por los agujeros que dejan los majestuosos cúmulos vemos los campos arados y los pequeños caseríos, insignificantes señales del afán humano. Las formaciones nubosas comienzan a quebrar e iniciamos descenso a través de enormes agujeros que nos permiten ver nuestro destino. Justo sobre el Tambo nos encontramos con Oscar y concertamos un vuelo en formación sobre la ciudad de San Fernando. Pato va de líder, yo formo a la derecha y Oscar a la Izquierda. Hacemos una pasada baja sobre la pista y escuchamos a Oscar descolgarse y tomar posición como número uno en circuito izquierdo para la 20, Pato va de número dos y José Luis y yo como número tres. José Luis inicia su configuración de aterrizaje como siempre lo ha hecho, luces, aire caliente, motor atrás, un punto flap, 70 millas. ¡Vamos un poco alto! Me dice, ¡ponle más flaps, le digo!. El aire esta turbulento, la lluvia se aproxima, José Luis hace lo que puede para tratar de llegar con el KEA antes del primer tercio de la pista... ¡levanta más la nariz le digo!, pero nuevamente la advertencia es tardía. El KEA hace un porpoising y el bote secundario esperado con el tren principal no se hace esperar, ¡nos vamos, le grito!, tomo los mandos, pongo full motor, empiezo a sacar flaps y el pobre KEA no monta, subo la nariz y amenaza con el stall, bajo la nariz y se acerca a la pista, ¡no sube!, dice José Luis, con voz afligida... el fin de la pista se acerca, vemos la proximidad de la carretera, los arboles y las luminarias... el motor no suena como siempre, algo no esta funcionando como debiera... ¡¡¡el aire caliente va afuera!!! -Le grito a José Luis. De un golpe la perilla toma su posición correcta y el KEA se afirma en el aire y sorteamos estrechamente los obstáculos. Nuevo circuito y esta vez José Luis consigue aterrizar la aeronave no sin pocas dificultades.


D-Brieffing: aterrizaje con viento de cola, porpoising, aire caliente


El fin de semana se acaba, la lluvia viene galopando desde el sur, los motores ya se han silenciado y otra página más se ha escrito en la bitácora personal de vuelo de este viejo instructor y una valiosa experiencia para el novel alumno que nunca olvidará.


Festival aéreo de San Jerónimo, Algarrobo. Septiembre 2006.



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